Monday, March 05, 2007

Cielos Guerreros (Parte I)

Es increíble lo que las ciudades nos roban, la ciudad me escondió por mucho tiempo las estrellas, el rico fresco nocturno, el cómodo lecho de pasto, risas simples, una buena compañía, el calor que se disfruta sin que te queme y los cigarrillos y cervezas por gusto y no por inercia.

También es increíble lo que algunas personas llegamos a tomar como estilo de vida o creer que es correcta la manera de conducirse por el estilo de vida citadino, lo más simple nos parece insignificante lo más difícil nos resulta un reto, la vida ya no se disfruta la vida es ya simplemente una competencia de supervivencia y egos, de tomar decisiones que las circunstancias nos obligan a tomar, pensar en cosas de las que alguien nos ha vendido la idea que valen la pena y que debemos luchar por ellas.

La vida es simple, linda y obvia.

Sé que no es necesario salir de la ciudad para tener otra perspectiva de las cosas, sé que los seres humanos tenemos infinidad de medios para reflexionar y llevar una buena vida basada en nuestros valores, teorías, creencias, filosofías o hasta por instinto. Bueno para alguien tan escéptico como yo el refugiarse en alguna tendencia resulta muy difícil, nada merece mi entera confianza como para arrojarme a ello y creer, actuar y vivir en base a algunos preceptos que no sé ni quien jodidos haya planteado.

Bueno mis pocos y fieles lectores he de decir que por fin creo fervientemente en algo, he vuelto al lugar de donde todos venimos, nuestra inseparable madre naturaleza estuvo esperándome por un ratote y me ha acogido con sus brazos abiertos, me dio mil respuestas, mil esperanzas, mil caminos y mil estrellas en los hermosos cielos guerrerenses de Ixcateopan, Chilapa y Pilcaya (Villa Guerrero igualmente).

Ahí echadito al borde de una murallita que me separaba de un precipicio inmensamente oscuro las estrellas y yo tuvimos una charla que nos debíamos hace tiempo (aquí es donde dicen “este wey se fumó hasta los tapetes”) y pues quedamos chido y de acuerdo, ahora cada que haya un pedo en mi cabeza regresaré a mis senseis las estrellas o luceros como me gusta llamarles. El cuadro era perfecto; un ambiente místico en todo Ixcateopan, el aroma a copal, miles de danzantes prehispánicos, el retumbar de los huehuets (tamborzotes bien chidos, Fuente: Mina jeje), el fresco de la noche, minilla a un lado compartiendo la nicotina conmigo y esa vista a la oscuridad que hizo que viera todo muy claro.

No sé qué me pasó, pero la neta ese ha sido uno de los momentos más memorables de mi existencia fue simple, hermoso y eterno.

Esto fue un jueves, al otro día (“viernes”, sí neta un día después del jueves es viernes) dimos el rol por el pueblo y de nuevo sentado en la punta de un cerro, en ruinas de lo que alguna vez fue una ciudad prehispánica, rodeado de diversos grupos de danzantes que realizaban distintas ceremonias ahora de día además de la paz interior que ya traía de la cual me había inundado la noche estrellada aprecié el paisaje que era particularmente hermoso, me sorprendía lo simple que conlleva toda belleza, algunas vez escribí que los poetas llenaban de barrocos innecesarios a la palabra amor, bueno pues creo que mi percepción de la belleza estaba repleta de grotescos e insufribles barrocos, lo simple es lo más difícil y lo más bello.

Ya a la noche nos movimos a Villa Guerrero a una fiesta (algo menos místico je) en una casita que tenía un jardinzote, una alberquilla, una como cocina cabañita, una construcción de dos pisos, dos baños (sin agua), como quince personas bebiendo, un dj nefasto, muchas botellas de alcohol, y un cartón de cervecitas que desapareció misteriosamente para después aparecer aún más misteriosamente vacío a los pies de mina y míos.

De nuevo el buen pasto nos ofrecía un boleto de primera fila para observar el cielo, y aunque teníamos a RBD de fondo fue igualmente mágico, la ciudad parecía un mundo totalmente diferente y sin sentido, la gente y el entorno de los pueblitos es revitalizador en menos de 48 hrs era un hombre nuevo, más feliz, más conciente, más sabio y renovado, espero canalizarlo chido de acá en adelante, pero no sé, aunque no haya un cambio notorio en mí jamás olvidaré esta pequeña experiencia que ha dejado dentro algo siempre mío.

Gracias mina por llevarme, por las risas, por tu amistad y por soportarme dos días de corridito je, gracias a Erandi igualmente y a los compas danzantes de Jalatlaco que nos echaron un ride cuando estábamos en medio de la nada en una carretera oscura a las afueras de Taxco y con la maldición de una caguama que nos tomamos de más y nos impidió llegar a tiempo para tomar la última combi a Ixcateopan, benditos sean je chaw.


1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

imaginate si vas a veracruz...jajaj

4:21 PM  

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