El fluir
Esta levedad de tu existencia
no es el resultado de sueños malogrados,
no es la oración frente al mausoleo de la fe,
no es el cansancio de vida,
no es temor, ni resentimiento con el mundo,
tampoco es una postura extremista ante la dolorosa realidad.
Es tenerlo todo por el hecho de no desear algo más
nace de una dependencia narcótica por ser libre,
es convertir el tiempo en vida, es disfrazarse de verdad,
es ser uno más o quizá uno menos en este caos,
es caminar, respirar, observar, beber, fumar y amar.
Sólo es una forma de ser (¿o no ser?),
ver nacer la eternidad en unos bellos ojos,
sonreírle al rostro de las mil promesas,
confesarte a ti mismo ese temor que te da el sólo navegar sin rumbo
y convertir ese temor en milagros impensables,
si la pretensión es la cuna del desencanto,
la levedad será el motor del destino.
El tiempo, el mundo, el destino y la eternidad
suelen oprimirte de vez en cuando,
pero el tiempo es vida pasada, presente y futura,
el mundo es la confabulación de sueños en los que nadie creyó
el destino es el presente que volverá con venganza atrasada
y la eternidad, la eternidad... es mucho tiempo
Esta levedad de tu existencia
no hace las cosas más fáciles ni más difíciles,
es elegir fluir sobre ir contracorriente,
es sentir el sabor de la manzana del árbol prohibido,
y fluir con desenlaces trágicos o felices, cuestión de enfoques,
es...creer que detrás de cualquier caos
hay cierta esperanza.
no es el resultado de sueños malogrados,
no es la oración frente al mausoleo de la fe,
no es el cansancio de vida,
no es temor, ni resentimiento con el mundo,
tampoco es una postura extremista ante la dolorosa realidad.
Es tenerlo todo por el hecho de no desear algo más
nace de una dependencia narcótica por ser libre,
es convertir el tiempo en vida, es disfrazarse de verdad,
es ser uno más o quizá uno menos en este caos,
es caminar, respirar, observar, beber, fumar y amar.
Sólo es una forma de ser (¿o no ser?),
ver nacer la eternidad en unos bellos ojos,
sonreírle al rostro de las mil promesas,
confesarte a ti mismo ese temor que te da el sólo navegar sin rumbo
y convertir ese temor en milagros impensables,
si la pretensión es la cuna del desencanto,
la levedad será el motor del destino.
El tiempo, el mundo, el destino y la eternidad
suelen oprimirte de vez en cuando,
pero el tiempo es vida pasada, presente y futura,
el mundo es la confabulación de sueños en los que nadie creyó
el destino es el presente que volverá con venganza atrasada
y la eternidad, la eternidad... es mucho tiempo
Esta levedad de tu existencia
no hace las cosas más fáciles ni más difíciles,
es elegir fluir sobre ir contracorriente,
es sentir el sabor de la manzana del árbol prohibido,
y fluir con desenlaces trágicos o felices, cuestión de enfoques,
es...creer que detrás de cualquier caos
hay cierta esperanza.
AndracA
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