He de confesar

He de aceptar que consumo todos los productos de empresas
que repudio por monopólicas y explotadoras de sus trabajadores,
que disfruto cuando soy el mejor en algo,
que tras mi blasfemia viene una oración interna,
que mi elocuencia es sólo el bonito empaque de mi ignorancia,
que la muerte no me asusta y miro diez veces antes de cruzar la calle.

He de aceptar que mi madre siempre tiene la razón,
que culpo al clima de Toluca por el frío nocturno, no a tu ausencia,
que mis excentricidades son la excepción y no la regla en el día a día,
que el dinero no importa pero ¿de qué voy a vivir?,
que los políticos son una mierda, pero que lo merecemos,
que me fascina flirtear más soy inofensivo.

He de aceptar que lo importante es el ahora,
pero me dejo seducir fácilmente por el futuro y estúpidas metas,
que sólo quiero caminar, observar, escuchar y hacerte reír de vez en cuando,
he de aceptar que todo esto es aburrido si lo hago sólo en ratos libres,
que mi espontaneidad sí es un don de Dios y es mi mejor cualidad,
pero he de aceptar que tardé mucho en escribir estas líneas.

He de aceptar que no existe lo genuino,
que todos nos diseñamos como nos gustaría ser,
he de aceptar que a veces bebo por ocio,
y que fumo cada vez que pienso en ti,
he de confesar que creo que cada que exhalo el humo
algo que está dentro de mí tiene que irse,
he de aceptar que espero que eso que deba salir nunca seas tú...

AndracA

Admirando el hermético horizonte

El ser humano está en un estado continuo de esperanza
al parecer nada le es suficiente,
¿o es que la expectativa es el motor de la vida?
esperando con ansias por un conspicuo futuro,
esperando ilusoriamente la vuelta del pasado,
esperando filósofamente por el final de los días,
siempre desechando lo tangible, lo que exige de su presencia,
siempre ausentes, siempre ajenos, siempre esperando,
emprendiendo acciones madres de metas lejanas,
sembrando siempre en tierras infértiles,
concibiendo realidades lejanas,
planeando otras vidas, muriendo otras muertes,
admirando horizontes y nubes herméticas,
persiguiendo el viento, haciéndose uno con el tiempo,
siempre en iniciación; una iniciación tendiente a la monotonía,
aguardando por el destino, por el tiempo que nos pertenezca,
por un golpe de fortuna, por el olvido, por la emancipación,
por la tierra prometida, por el amor, por el odio, por la plenitud,
aguardando todo,
recibiendo nada
el presente no existió jamás.

AndracA

Omniausente

Es divertido cuando dudas del amor,
me encanta que dudes del amor pero jamás de mí,
y huyas de él y lo detestes y me pidas que te abrace más fuerte
y que jures jamás amarme y me tengas prohibido amarte.

Es divertido que juegues con fuego,
que invoques al amor, con tu oscuro romanticismo,
que lo desprecies con tu forzado raciocinio,
que lo extrañes con tu falsa omniausencia,
que lo mates en un largo beso
y lo entierres en una irónica melancolía.

Después de todo quién quiere estar enamorado,
después de todo quién desea estar a merced de rojos caprichos,
después de todo somos libres,
después de todo nada es eterno,
después de nada aspiramos a todo.

AndracA