Exilio
La omnipresencia de la poesía
pudo más que tu exilio en el olvido,
la poesía al igual que el ayer está en todos lados,
en esta lluvia que pisotea el paisaje,
en el pedazo de vida que se lleva el ocaso,
en las mil pequeñeces que hacen y deshacen nuestra vida,
en el vagabundo andar del mar,
en la incorruptible melancolía,
la poesía es el agua que corre hasta encontrar su sed,
la luz que se cuela, te recuerda tu fe y desaparece.
En tu exilio, la poesía es el puente entre tú y el mundo
nunca logras despojarte de la totalidad
que vive en tus pupilas,
del presentimiento que hace que tu corazón lata,
de los sueños de realidad,
del polvo que somos todos los hombres,
de sospechar que no pasa nada en el mundo,
que no pasa nada contigo.
En las noches del exilio
descifras la constelación que rige tu destino,
das cuerda al reloj de los sueños
donde el pasado no duele,
y el futuro es añorado,
donde sueñas que eres libre,
que además de existir “vives”,
donde no interpretas fenómenos invisibles,
y el qué más da es la respuesta a tus enigmas.
Este exilio te acercó más al mundo,
este pedacito de sociedad llamado hombre nunca se fue,
al parecer la eternidad vive en mí y en vos,
en el exilio no soy yo el que escribe, es la desolación,
y es la esperanza la que me lee, no tus ojos.
Y el verso que quise gritarle al mundo,
murió en un poema olvidado.
AndracA
pudo más que tu exilio en el olvido,
la poesía al igual que el ayer está en todos lados,
en esta lluvia que pisotea el paisaje,
en el pedazo de vida que se lleva el ocaso,
en las mil pequeñeces que hacen y deshacen nuestra vida,
en el vagabundo andar del mar,
en la incorruptible melancolía,
la poesía es el agua que corre hasta encontrar su sed,
la luz que se cuela, te recuerda tu fe y desaparece.
En tu exilio, la poesía es el puente entre tú y el mundo
nunca logras despojarte de la totalidad
que vive en tus pupilas,
del presentimiento que hace que tu corazón lata,
de los sueños de realidad,
del polvo que somos todos los hombres,
de sospechar que no pasa nada en el mundo,
que no pasa nada contigo.
En las noches del exilio
descifras la constelación que rige tu destino,
das cuerda al reloj de los sueños
donde el pasado no duele,
y el futuro es añorado,
donde sueñas que eres libre,
que además de existir “vives”,
donde no interpretas fenómenos invisibles,
y el qué más da es la respuesta a tus enigmas.
Este exilio te acercó más al mundo,
este pedacito de sociedad llamado hombre nunca se fue,
al parecer la eternidad vive en mí y en vos,
en el exilio no soy yo el que escribe, es la desolación,
y es la esperanza la que me lee, no tus ojos.
Y el verso que quise gritarle al mundo,
murió en un poema olvidado.
AndracA
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