Tuesday, June 05, 2007

Resplandor

A veces dudabas de que nos dirigiéramos hacia algún lugar,
asfixiabas tus temores en un fuerte y solemne abrazo después del amor,
mirándome a los ojos implorando un “para siempre”,
congelabas la eternidad en un próximo recuerdo,
yo por mi parte lidiaba con mi acalófilo espíritu
desviando mis pensamientos a un callejón sin salida,
era un simple testigo del milagro de tu cuerpo,
impávido veía como los sueños huían,
aterrados de volverse realidad.

Víctima del temor por saberme tu destino,
hoy sólo eres una mujer que vaga al fondo de mis recuerdos,
un sueño recurrente, un lamento continuo,
hoy, tan solo en algún bar, digo todo en tu ausencia,
resguardando tus huellas de las gotas de muerte que no cesan,
pretendiendo justificar mi adictiva levedad del ser con insensatos argumentos;
cuando encuentras en ausencia de búsqueda,
el instinto se vuelve razón y el absurdo es un instructivo.

El amor es la redención de la estúpida realidad,
la poesía son palabras nunca dichas, que el silencio asumió,
la nostalgia es un par de ojos bien abiertos en la oscuridad,
la memoria son sentimientos abreviados y felicidad incompleta,
tú...tú eres el eterno resplandor de la caverna de mi corazón.

AndracA

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

De pronto, una alegorìa se me revela inefable tras leer estas lìneas.
El autor bebe un vino, muy especial, sabrozo y encantador como pocos a probado. y en tanto la estela de sabores frutales acaricia su garganta, el perfume embriagador de su copa le hace el amor a su nariz, y el color pùrpura y carmesì conmueven a sus hipnotizados ojos, el disfrute es infinito casi etereo pero concreto. El autor piensa que no habra bebido antes vino mejor, ni bebera otro superior. Y en tanto la embriaguez que acompaña esta reflección dura, el autor se siente bendecido de haber bebido aquel vino. De pronto ya no es responsable de sus actos, de sus palabras ni ademanes, de su beoda marcha ni de sus modales oscos o su personalidad distorsionada. Mas todo aquel que le ve, lejos de censurarle, dicen en sus corazones "Es debido al efecto del buen vino, dejémosle disfrutar su algarabia"

La mañana llega, el sol sale, los invitados se han ido. Y el autor despierta con una espantosa jaqueca. Se a dado cuenta, por el mal estado en el que se encuentra, que los efectos del buen vino han desaparecido, y en cambio todo rastro de que alguna vez lo bebiò son estigmas de dolor, a traves de su cuepo, su mente y su espìritu. Le embarga la duda de pensar que barbaridades habra dicho o hecho, mientras estaba arrebatado en los brazos de aquel brebaje divino, por lo cual decide no beberlo NUNCA mas. En medio de su resaca jura no poder beber mas vino, y se lamenta por lo que alguna vez tuvo y no pudo disfrutar con moderada felicidad. hasta que una vez desparecido su dolor, se da cuenta de una verdad infalible:
Los vinos son para terminarse, no para dejarlos a la mitad, pues de esta forma pierden su escencia y a vinagre saben mas. No importa cuanto duela al dia siguiente. El buen vino se debe de terminar...

11:34 AM  
Blogger ¿futuro? said...

Quiero esconder mi alma
en el fondo de una botella
y mirar como mi cuerpo se embriga con la última gota
de una chela morena
que coquetee con mis labios,
y al terminarla,
los duendes salgan de ella
y roben mi voluntad,
vómitos de palabras harán orgías en los pensamientos
lacerados por una embriguez de sentimientos que no son míos,
pero al fin
algo será coherente en este mundo:
mi peda.

7:37 PM  

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